Las esencias florales se usan desde hace mucho tiempo. Les dio forma y uso Edward Bach, a principios del s. XX. Bach era un médico y bacteriólogo Inglés. Se dio cuenta que el sol y el agua hacían que las flores potenciaran al máximo su propia energía y que emanaba una cierta vibración para la curación de ciertos trastornos.
Sus estudios durante muchos años fueron en los jardines de Francia e Inglaterra. Allí obtuvo 38 tipos de esencias florales que clasificó en 7 tipos de personalidad distintas. Más adelante y hace poco surgieron otros desarrolladores de esencias florales de distinto origen geográfico; Bush Australia Essences, de Australia; Star Essence de Perú y California; California Essence, de California y muchas otras más; todas, de distintos lugares cubriendo necesidades de curación similares y nuevas a la vez.
Las flores no son un método de sanación de las enfermedades, si no que llevan una vibración que ayuda a que nuestra personalidad sintonice y se sincronice con nuestra alma. Pues según Bach, “la enfermedad es una desalineación entre la personalidad y el alma”.
El tratamiento con Flores entonces entrega el protagonismo a quien las toma. Dan espacio y ayudan a reflexionar, llevando a la auto-observación para distinguir cuando la persona se aleja de los deseos de su alma.
Las esencias florales nos ayudan a darnos cuenta y conectar con la energía y vibración que nos está faltando. También nos hace vivir eso que no teníamos para poder integrarlo en nuestro ser.
Como complemento a las terapias de coaching y limpieza energética, ofrecemos esencias florales. Las esencias se toman en forma particular y según sea acordado entre el cliente y el terapeuta.