¿Qué es ser consciente? ¿Para qué ser consciente?

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Personalmente en el último tiempo, vivo en una permanente búsqueda de ser consciente. Estar presente. Es una palabra un poco grande, a mi parecer, pero describe la sensación que busco para encontrarme con la paz en mi vida.

Pero, ¿Qué es ser consciente? Buscando en la Real Academia Española encontré 2 definiciones, la primera: – “Que siente, piensa, quiere y obra con conocimiento de lo que hace.” Es decir todo su foco de atención está presente en el momento, en lo que está haciendo. No hay nada mas que estoy pensando cuando estoy tomando una bebida, cuando estoy conversando con un amigo, o con mi hijo.

Muchas veces hacemos cosas cotidianas sin pensar mucho en lo que estamos haciendo. Me vi hoy, por ejemplo, lavando los platos y pensando en los pendientes que tengo que resolver, los últimos ajustes del taller del sábado, y otras ideas en mi cabeza, hasta que me di cuenta que estaba parada en la cocina lavando los platos. Generalmente esos pensamientos no tienen mucha utilidad más que generar preocupación, ansiedad y alterar tu estado emocional, espiritual y físico.

Otro ejemplo, es cuando tenemos el desafío de presentarle un informe a nuestro jefe, nos aparecen los miedos, ¿Cómo lo voy a hacer? ¿Lo voy a hacer bien? ¿Cómo lo va a recibir? ¿Le va a gustar? ¿Me va a felicitar? ¿O no la va a gustar? ¿Lo reprobara? Me aparece la angustia. En este momento, somos conscientes de que tenemos miedo.

En ese momento, hay cosas que podemos seguir haciendo para llegar lo más preparados posibles a esa presentación y hacer que nuestro jefe nos entienda y escuche. Pero también hay un espacio en que desconocemos lo que puede pasar, y ahí debemos pasar a conectarnos con nuestra sabiduría, nuestras herramientas y todos nuestros sentidos.

También nos sucede, que tenemos una relación con amigos, parejas, o compañeros de trabajo, y algo nos molesta. Por mucho tiempo, lo sentimos, y lo dejamos pasar. Aparece aquí tambien la necesidad de hacernos consciente de lo que nos pasa con el otro. Me hiere cuando me dice que…; o me carga cuando no me escucha; o me molesta que no cumpla sus compromisos conmigo. Traemos al consciente lo que nos ocurre, y en ese momento le damos valor nuevamente a lo que sentimos con esa persona. Nos pone nerviosos hablarles de lo que nos pasa. Es importante para tener esa conversación estar centrado, y conectados con lo que sentimos y pensamos. Solo desde ahí, el otro va a ser capaz de escucharnos y entendernos.

La otra definición de la Real Academia Española es: – “Con el pleno uso de los sentidos y facultades.” Todo mi cuerpo, mi pensar, está presente en lo que hago. Mis 5 sentidos también están ahí. Hemos perdido de sentir esos sentidos por estar en otros pensamientos. ¿Cuántas veces al día ponemos la atención en estos 5 sentidos? O es que ya no los necesitamos para lo que tenemos que hacer? Generalmente los percibimos con estímulos exagerados, cuando el agua está caliente y nos quema, pero no cuando está en la temperatura que nos gusta. Quizás aquellos que se dan eternas duchas disfrutan del agua que cae sobre sus cuerpos. ¿Y cómo la sienten? Por otro lado, pocas veces escuchamos el sonido de los pájaros en la mañana, o el sonido del mar (para quienes viven en la costa), y principalmente el silencio. Cuando hay silencio pareciese que no hay nada que escuchar.

Resumiendo, ser consciente no solo tiene que ver con la concentración y el foco de atención de la mente, sino también la sensación que entregan nuestros 5 sentidos. Que seamos capaces de escucharlos no solo bajo ciertos estímulos si no hacerlos presente en nuestro día a día. Tan simple como el olor de la mañana al salir de la casa, el cubrirnos con una manta suave, el sonido de los niños jugando o riendo, el sabor de nuestra comida al terminar el día. Acercándonos más aun a nuestra realidad, ¿Cuál es el olor de la oficina o mi lugar de trabajo? ¿Cuál es el sonido del ambiente?

Ser consciente también es darle valor a lo que sentimos física y emocionalmente Nos pasa también que nos pasamos meses y meses trabajando, agotados, tensionados, sin darnos cuenta, o darle el valor que tiene el cansancio, la molestia en la espalda. Los dolores físicos comienzan a pasar a un segundo plano. No nos damos tiempo ni espacio para descansar, para estar presentes y gozar solo unos minutos del aquí y ahora.

Emocionalmente también vivimos dejando de lado lo que sentimos. Algo nos da rabia, la sentimos y no hacemos nada al respecto. La guardamos en la mochila que cargamos. Y así pasa con muchas emociones en la vida. Hacernos consciente es validar y escuchar eso que sentimos.

¿Es verdad, que nos cuesta ser conscientes? ¿Y Para que Ser Conscientes?

Cuando no estamos presentes es porque nuestros pensamientos nos han engullido. Estamos presos de ellos, nos provocan emociones sin darnos cuenta. Son explicaciones del pasado (lo que no hice, lo que hice, lo que deje de hacer) o especulaciones del futuro (lo que tengo que hacer, lo que me falta, lo que tengo que lograr, y lo que espero del entorno).

Es aquí cuando me aparece esta idea conocida de pre ocuparse, y no ocuparnos o hacernos cargo de lo que pensamos y sentimos, que queremos hacer. Si de verdad hay cosas pendientes, dejar un espacio y organizarse poniendo el 100 % de atención en aquello. El pre-ocuparse es darle vueltas a los pensamientos y eso no tiene muchos resultados más que lo que les he comentado, generan ansiedad, angustia, miedo, rabia, arrepentimiento, dolor, etc.

Estar consciente también es estar presente y reconocer lo que sentimos a través de nuestras emociones, cuando tenemos pena, rabia, alegría, miedo, etc. Lo que sentimos a través de nuestro cuerpo, cansancio, tensión, dolor físico, etc. Es sentir lo que nos ocurre sin juzgarlo, sin evadirlo, escuchando y validando lo que nos dice nuestro ser.

Estar consciente también es estar conectados con nuestra intuición, con lo que queremos de nuestras vidas, nos permite además fluir en ella.

Por eso, a veces, hablamos de estar “conectados”, estamos en sintonía y escuchando sostenidamente nuestro ser.

Cuando estamos conectados y en sintonía con nuestros sentidos, somos capaces de vivir el aquí y el ahora. En ese aquí y ahora, no hay preocupaciones, no hay ansiedad por lo que no ha sido o debe ser. Soltamos nuestras expectativas. Habituarnos a este estado nos hace vivir una vida más plena.

Ser consciente también es mirar el observador del mundo que somos. ¿Qué pensamos? ¿Cuánto pensamos? ¿Cuando pensamos? Reconocernos en lo que nos hace bien, lo que nos hace mal. Comprender cuál es la búsqueda a la que apuntamos. Ser capaces de observarnos con generosidad y sin juzgar los errores que cometemos, las conductas con las que nos relacionamos con otros y que no nos gustan. El ser consciente es una ventana que se abra a nuestra alma.

Algunos beneficios de ser consciente o estar conectados con nuestro ser son:

– Mirar y ver nuestras propias conductas y pensamientos.

– Escuchar mi cuerpo, cuando me dice que estoy cansada, o que algo me duele, y así poder cuidarlo.

– Conectarnos con lo que nos importa.

– Estar en el fluir de la vida haciendo lo que queremos hacer.

– Disfrutar y estar en el presente.

– Poner Atención y trabajar las cosas que queremos que pasen.

– No pre-ocuparnos, por lo tanto evitar la ansiedad y lo que eso conlleva.

– Ser capaz de modificar lo que no nos gusta de nuestras vidas, o bien aceptarlo como parte de ella.

– Dejar de juzgarlo todo.

– Estar en armonía con nosotros mismos.

– Encontrar la paz y la plenitud en nosotros.

Son muchos más los beneficios de ser consciente. Seguir escribiendo en el blog, para que vayamos encontrando ese espacio. En la próxima columna escribiré sobre las herramientas que hay para ir encontrando ese espacio.

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