Viviendo en la incertidumbre

 

Encontrándome en el espacio de meditación, me apareció la incertidumbre.  Una idea aterradora y que a veces evadimos todos en mayor o menor medida.  O nos pasamos el tiempo en querer controlarla.  Hoy me di cuenta que es imposible lograr lo que he estado tratando de hacer por tanto tiempo.  Hablo de querer controlar ese futuro incierto.

Hoy habiendo dado el paso más importante de mi vida.  Me encuentro llena de ella.  Por no saber qué camino tomar, que decisiones optar.  El futuro será exitoso? será todo un fracaso? La incertidumbre me provoca miedo, lo que me provoca ansiedad, y una sensación de inseguridad y de estar en el aire.  Todas estas emociones andamos evitándolas, en búsqueda de seguridad y certezas, y lo único real es que no lo podemos tener.

En este estado de meditación me encontré con el aceptar la incertidumbre que me provoca el futuro.  Incluso darme el día para ver el futuro algo difuso sin claridad.  Y darme cuenta que lo único que tengo es hoy.  Puede entenderse como un cliché, porque lo he escuchado muchas veces pero una cosa es decirlo y otra cosa es experimentarlo, se vive desde otro lado.  Solo ese  hecho de aceptar un futuro incierto, hace que pueda la soltar la tensión, encontrar un espacio de paz interior y seguridad en el ahora.  Me ayuda a cobijarme con lo que soy hoy y como lo vivo.  Todo esto nos permite vivir en el presente.  Construir el presente.

El último tiempo he hecho ese ejercicio muchas veces.  Contactarme con la incertidumbre y solo confiar que la claridad vendrá.  Y efectivamente la claridad vuelve.  Eso me ayuda a seguir intentando el camino de vivir el presente como venga.

Confiar en un ser superior que nos protege y nos ayuda.  Soy Católica de toda la vida.  No soy de ir a misa.  Pero muchas veces le pedí cosas a Dios, lo que yo quería y a mi manera.  Confiar en el ser superior significa soltar la exigencia que sea como yo quiero.  Soltar y pedirle desde la generosidad, alegría y una esperanza sana, sin exigencias.  Aunque no lo crean me resulta mucho más.

El camino para vivir la incertidumbre y no escondernos de ella es confiar en nosotros mismos, en nuestro ser, conectarnos con nuestra espiritualidad y vivir el presente.

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