Siempre he escuchado hablar de amor solo para referirse a relaciones de pareja o de familia. Se dice por ejemplo, “El amor no tiene nada que ver con mi trabajo o mi función en la empresa”. El amor no tiene cabida en otro ámbito más que en las relaciones.
En mi camino he aprendido a Crear Amor. Como cuando creas una relación, por ejemplo, lo haces con dedicación, con cuidado, con empatía, pensando en cosas que le pueden gustar a tu pareja, buscando momentos agradables de disfrute para compartir y pasarlo bien.
Es así como he aprendido que puedo crear amor en todos los otros aspectos de mi vida, en todo lo que hago. Creo amor cuando me dedico a cocinar algo rico. Cuando escucho a otros sin juicios, con atención y cuidado. Creo amor cuando ordeno y limpio mi casa, haciéndola linda y acogedora para mí. Cuando dedico tiempo a las cosas que me importan y las cuido. Cuando riego el jardín y cuido mis plantas. La dedicación es la clave. Es realmente poner mi corazón en algo, cuidando, sintiendo y observando que eso tenga todo lo que necesite y mi completa atención. Así Creo Amor cuando creo belleza en mi entorno y en mí.
Entonces puedo crear amor en todos los aspectos de mi vida, en el trabajo, en las relaciones, en mí, etc. Viendo lo sagrado de cada momento que vivo, valorando cada elemento de la naturaleza que veo y agradeciendo a la vida por todo ello.
Es así como pongo entonces mi corazón en la vida. Cuando lo que hago verdaderamente me importa, y le doy mi tiempo, energía y dedicación. Cuando eso ocurre le voy dando sentido a mi vida. Cuando creo amor ya no es solo para mí y mi propio bienestar, lo hago y lo entrego al universo y al mundo.
Cuando dejo de ponerle amor a lo que hago y a mi vida, es cuando voy perdiendo mi sentido de vida.
Entonces lo importante es ¿Dónde quiero crear amor? ¿Qué tipo de trabajo o labor me permite crear amor? ¿Qué estilo de vida me permite crear amor?